Reportajes

jueves, 27 de enero de 2011

Domund


Esta fotografía, que refleja parte de mi biografía vital, es muy ilustrativa. Están todos los datos: el nombre del colegio, la fecha, el mapa, el uniforme, la imagen.
En aquella época había dos puertas de entrada al colegio de la Carmelitas de A Guarda. Por una entrábamos las niñas que llevábamos uniforme azul con cuello blanco de plástico, que se sujetaba con la llamada polea, pieza chiquitita que atravesaba los dos agujeros y unía así las puntas. Después de hacer esa operación muchas veces, el plástico acababa con una grieta que hacía imposible la sujeción.  Pero a unas les duraba mucho más que a otras aquél cuello blanco distintivo. Yo era de las otras, la que destrozaba muchos cada curso.
Por la otra puerta entraban las “gratuitas”. Vestían un babi a rayas y recibían la enseñanza en otras aulas.
En mi memoria infantil aparecen diferentes grupos que convivían en mi pueblo en la década de los 50 del pasado siglo. Primero se distinguían dos universos geográficos: la marina y la aldea. Y en el pueblo, las diferencias solían estar en la actividad laboral. Los oficios: carniceros, marineros, agricultores, zapateros, barberos, tenderos…con un status bajo, no podían ser socios del casino. Salvo aquellos que tenían tiendas con “pedigrée”. Por eso se fundó en algún momento el Recreo Artístico guardes.
Mi memoria infantil, no se si me traiciona o no, me recuerda los apellidos de otras niñas del colegio de las Carmelitas, esas tenían un status más alto, el trabajo de sus padres requerían un título universitario.
Y llegaba, cada año, el día del Domund.
Recogía, céntimo a céntimo, perra gorda a perra gorda, el dinero que habríamos de entregar, en la fecha propuesta, en un sobre blanco (había muy pocos sobres blancos por entonces en mi casa) mezclados con alguna pesetilla rubia…
En el “ranking” de cantidades recogidas siempre nos ganaban las que recogían pesetas y duros solamente…y se publicaba diariamente, a gran tamaño, la lista con los nombres y las cantidades recaudadas. La competición bien entendida.
El concepto de solidaridad se ejercía mayormente a través del ejercicio de la caridad cristiana, representada por las donaciones permanentes a la Santa Infancia y las cuestaciones periódicas para el Domund.
Estas las realizabamos blandiendo unas hermosas huchas de barro en forma de cabecita de negro, indio, chino, japonés o lapón.



Andando el tiempo, con más edad y estudiando en las Jesuitinas, las campañas se mantienen.
Agitábamos su semblante de barro con energía frente a los paseantes callejeros y solicitábamos un óbolo para las misiones. Aquellos afortunados que lograban reunir 25 pesetas, al cabo de dos semanas de andar pidiendo, tenían derecho a quedarse con la hucha. Si el papá de uno era lo suficientemente rico, en poco tiempo podían reunirse una docena de cabezas de salvajes que lucirían después sobre un mueble como auténticos trofeos de caza.

Comiendo barquillos en la Alameda de Vigo después de hacer la campaña allá por el 1965
Cuando hacía las cuestaciones del Domund, las tierras de misión se nos presentaban como exóticas y lejanas. De vez en cuando nos visitaba algún misionero que nos contaba su acción en África. Aprendíamos que los infieles eran de otras razas, y que nosotras pertenecíamos a un país que era la "reserva espiritual de Occidente". 
Andando el tiempo, nos cambiaron de papel. Ahora nos dicen que la reserva espiritual de Occidente está en quiebra. Y nos lo dice el equipo ejecutivo responsable, osea la Conferencia Episcopal Española.
Cuando los resultados de sus campañas no coinciden con las expectativas, antes de reconsiderar qué parte de responsabilidad tiene la jerarquía, se acude al recurso fácil de culpar al gobierno democrático. Se llegó a decir por parte del clero que la iglesia en España sufre persecución y acoso.
Pero la realidad es tozuda.

Un jueves santo cualquiera, se produce en las partes peninsular e insular de España la manifestación de culto religioso más grandiosa del planeta. En las calles de todas las ciudades y pueblos del país salen en procesión las imágenes que recuerdan los misterios de la vida del dios cristiano. En absoluta libertad de culto. Este ejemplo no es una circunstancia aislada. Lo sabemos todos.
Igual que sabemos que la iglesia católica, en España,  goza de privilegios que no están al alcance de las otras organizaciones religiosas establecidas aquí.
 El dinero que recibe la iglesia católica  por parte del Estado, no sufre merma ni siquiera en este período de crisis.
Pese a sus quejas, la jerarquía eclesiástica recibe enormes beneficios de las distintas Administraciones del Estado. Cada año, el Estado financia con más de 6.000 millones de euros las actividades educativas, sociales, sanitarias y de culto de la Iglesia católica. Sólo en centros escolares, se ceden más de 3.500 millones, más otros 600 destinados a pagar a los profesores de Religión u otros docentes en centros concertados.
A ello hay que añadirle los 241 millones que la Conferencia Episcopal obtuvo de la última declaración de la Renta (el 5% del total que recibe la Iglesia del Estado), los que van a parar a las ONG católicas a través de la otra casilla del IRPF, y las exenciones que, pese a lo que dice la ley, aún mantiene la institución.
Los Presupuestos Generales del Estado para 2010 aprobaron, a última hora, la declaración de Bien de Interés Cultural de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) , que en el verano de 2011 traerá a Benedicto XVI a Madrid.
Esto supone, entre otras cosas, que las empresas que financien el evento recibirán exenciones fiscales de hasta el 80%. Además, y aunque Ratzinger no viene a España como jefe de Estado, las distintas Administraciones garantizarán la seguridad de toda la jornada, así como lo relacionado con la sanidad, limpieza, logística... Algunas fuentes cifran que el gasto oscilará entre los 20 y 25 millones de euros.


El Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, ferozmente criticado por los medios de la derecha y por el propio papa por su supuesto laicismo "radical", pondrá a trabajar a siete de sus 15 ministerios: Presidencia, Exteriores, Trabajo, Cultura, Interior, Defensa y Fomento tendrán alguna parte de responsabilidad en la organización de la visita, que se celebrará entre el 16 y el 21 de agosto en Madrid.
6.000 agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado trabajarán para que todo acontezca con normalidad.
Por su lado, el Ministerio de Defensa cederá el uso del campo del aeródromo de Cuatro Vientos para la vigilia y la misa que presidirá Benedicto XVI los días 20 y 21 de agosto
No será la única aportación del ministerio de Carme Chacón. Además ofrecerá colaboración logística y espacios colindantes en caso de necesidad.
Hasta hoy se han registrado para asistir 240.000 jóvenes de todo el mundo, la mayoría de Sudamérica y África. Los organizadores esperan la asistencia de cerca de un millón y medio de personas.


Al igual que en otros países donde ya se celebró la JMJ, los visados para estos peregrinos se expedirán de forma "gratuita".
Bajo el lema 'Coser y Cantar', los promotores de la iniciativa que traerá a Benedicto XVI a Madrid la tercera semana de agosto, han puesto en marcha una campaña para pedir la colaboración tanto de particulares como de conventos de clausura y parroquias. El único requisito es tener habilidades de costura y el objetivo es confeccionar la cantidad ingente de lienzos que serán precisos en las misas que esa semana se celebrarán en Madrid. Se calcula que 10.000 sacerdotes participarán en los distintos actos religiosos, con una asistencia de más de un millón y medio de jóvenes. Según los organizadores de la JMJ, se necesitarán 10.000 kilómetros de hilo, 40 kilómetros de casullas, 15 kilómetros de albas o 5 kilómetros de purificadores
El Papa entrará por la Puerta de Alcalá
Al margen de la puesta en marcha de distintas iniciativas, poco a poco se van concretando más detalles del programa de la Jornada. Aunque los actos comenzarán el martes 16 de agosto, no será hasta el jueves 18 cuando Benedicto XVI llegará a España. Y lo hará con un encuentro multitudinario con jóvenes en la Plaza de Cibeles, a la que accederá atravesando la cercana Puerta de Alcalá, antiguo acceso a la ciudad de Madrid.

Me pregunto:
¿Cuántos, de ese millón y medio de jóvenes,  visitarán Madrid  pensando que yo soy la "negrita" de tierra de misión?



 

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